«N Mundos», de Roberto López-Herrero.

¡Buenas tardes, viajeros espaciales!

Lo primero, y más importante: ya en serio, ¿qué pasa con los apellidos con guion? ¿Es que no puedes ser escritor si no tienes guion? En caso afirmativo, ¿dónde demonios se compran? Es para un amigo…

Segundo: Hacer una reseña de un paisano es un placer enorme, al tiempo que una gran responsabilidad, ya que debo no caer en el pozo de la empatía del que no pueda salir para escribir una reseña sincera, que es lo que llevo haciendo desde que levanté este blog con mis propias manos y sin martillo.

Tercero: ¿sabéis como descubrí N Mundos y a su autor? Por la portada. ¿La habéis visto bien? Es una preciosidad. No conocía nada de la obra, ni del autor, ni sabía que era un paisano… y, aun así, la compré. Así de importante es una portada y así de maleable es mi voluntad consumista.

Y cuarto: ¿se puede saber a qué viene un inicio tan raro, Poneletras? ¿Nos vas a decir de una vez qué te ha parecido el libro o nos damos una vuelta y venimos luego?

Primero a lo cuarto: no tengo la más remota idea. Así me está saliendo y así se queda.

Segundo a lo cuarto: ¡al lío!

CUANDO LA IGNORANCIA ES UNA BENDICIÓN

Mi ignorancia, que quede claro desde el principio. Mi ignorancia por la obra, por la sinopsis y por el autor. Una ignorancia que me ha permitido deleitarme con el contenido de N Mundos, que no es otro que una historia de aventuras fantásticas con toques de steampunk. Y yo amo el steampunk. Y tropezarme con una historia así me hizo… Ah, ¿que no sabes de qué demonios hablo cuando digo steampunk? Lo explico. Verás, el steampunk es, sintetizando muy mucho, una historia que parte del pasado (generalmente de la época victoriana y su revolución industrial, de ahí lo del steam=vapor) para plantear un futuro diferente, o ucronía, donde la tecnología parte de ese vapor para tomar un camino más romántico lleno de engranajes y bielas (echa otro vistazo a la portada para entenderlo mejor). A partir de ahí, el autor tiene la libertad de aplicar el steampunk, que también tiene un componente estético muy reconocible, a su historia en el modo que le convenga (fiel a la ucronía, lleno de fantasía, con ingenios imposibles, con mecánicas puramente científicas…).

Pues bien, Roberto (no voy a escribir el apellido con el guion, lo siento) aplica el steampunk a una historia de aventuras en un mundo diferente al nuestro. No puedo explicar más sin meterme en la trama, así que solo diremos que la elección del marco por parte de mi paisano es perfecta para que toda la belleza y crudeza del steampunk brille con luz propia. En este apartado, chapó. Si te atrae el concepto, N Mundos es para ti.

CUANDO LA IMAGINACIÓN ES LO QUE ES…

…y no un término romántico del que se abusa para quedar de maravilla pero que, a la hora de crear, se limita con miedos y muchos «qué dirán». Esta imaginación, la de verdad, la que no tiene límite alguno, es la que utiliza Roberto (con mis respetos a los aportadores de los apellidos) para N Mundos. Una imaginación desbordante, descarada, y que a veces sorprende por lo brusca que es, pero que al final se acaba asumiendo como una ley física más del universo que estamos leyendo. En este sentido, N Mundos es todo lo que se podría esperar de un libro con ese título y esa portada; sueños, fantasía, aventuras… Y eso está bien, muy bien.

CUANDO EL OFICIO PARECE ENCADENADO

Porque ya hemos dicho que N Mundos tiene un marco maravilloso y una imaginación desbordante, pero ahora toca hablar del oficio de escritor de (venga, va, una vez) Roberto López-Herrero. Y aquí viene el problema que le he encontrado al libro, que si no se es puntilloso no se es crítico. ¿O es que no has visto Ratatouille? El caso, que el problema no viene de que Roberto no sea buen escritor, o de que la prosa de N Mundos sea un churro, o los personajes planos, o la historia coja… Al revés. Al leer la novela he tenido la sensación de estar leyendo a un gran contador de historias, pero que, por alguna razón, se ha contenido a sí mismo para amoldarse a un ritmo de novela juvenil (que al final es lo que es N Mundos) en un mundo steampunk accesible (que al final es lo que es N Mundos).

Bien, dos «que al final es lo que es N Mundos» seguidos… Exacto. Estoy respondiendo a mi queja en la propia queja. Pero es que, ¿sabéis qué ocurre? Que me ha gustado tanto el marco y los personajes (algunos más que otros, obviamente), que me ha dado cierta rabia de no poder profundizar más en el mundo. Para que lo entendáis en términos de sensación: es como leer El Hobbit y pensar «qué pedazo de cuento», pero que cómo molaría leer algo más complejo, y entonces leer El Señor de los Anillos, y pensar que cómo molaría profundizar en las raíces del mundo, y entonces leer El Silmarillon.

Lo que quiero decir con esto es que la prosa de Roberto López-Herrero (si es que al final caigo) se nota con oficio, pero va demasiado deprisa, sin detenerse en profundizar en hechos o sentimientos, presentes o pasados, que den tiempo a asentar la información que se nos está dando y que nos permita asumir las reglas desconocidas del mundo ficticio. Entiendo el porqué de esta elección (porque está claro que es una elección), y entiendo que incluso encaja en el tipo de libro que se está leyendo. Pero eso no quita que aquí el menda se haya quedado con ganas de un puntito más. Porque, al final, mi crítica se reduce a eso: «está bien, pero quiero más».

Espero haberme explicado un mínimo (aunque estoy empezando a dudarlo)…

CUANDO PIENSAS EN MÁS

Creo que es el mejor resumen de mi crítica. Pienso en más N Mundos. Pienso en el mundo y en los personajes que me han gustado. En qué estarán haciendo y en dónde lo estarán haciendo. Quiero leerlos de nuevo en nuevas aventuras. Y eso, es lo mejor que se puede decir de un libro. N Mundos, de Roberto López-Herrero, me ha gustado mucho y se ha quedado en mi cabeza. Es un buen libro de aventuras que aúna estilos con pericia y desborda imaginación. Y tiene la portada más bonita del mundo. Nada más que añadir, salvo que le des una oportunidad. Nunca es mal momento para soñar despierto.

Tan solo un mensaje para mi paisano: ¡escribe más historias de los N Mundos, porfa please! Ya he hecho el hueco en mi biblioteca a Roberto (sin apellidos guion, por supuesto). Nos vemos por las calles, paisano.

Y nada más, viajeros. Sed felices, amad a los animales y jamás dejéis de leer. ¡Se os secará el cerebro! Y ya tenemos bastante. No necesitamos encima zombies.

TÍTULO: N Mundos (Mundo Pequeño), 2019.

AUTOR: Roberto López-Herrero.

PÁGINAS: 286.

EDITORIAL: Alethé (La Esfera de los Libros).

ISBN: 9788491646099.

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